Usos más comunes:
Los injertos de tejido cutáneo están indicados para ser utilizados por sus características biomecánicas, así como por su biocompatibilidad y su capacidad de
protección de lesiones cutáneas.
Los injertos de piel humana se pueden usar para cubrir temporalmente los defectos de la superficie epitelial (por ejemplo, debido a quemaduras de segundo o tercer grado, pérdidas cutáneas por diversos factores o heridas). Los injertos de piel humana también pueden usarse como apósito biológico de barrera en contra partículas y/o contaminantes ambientales bacteriológicos, y contra la pérdida evaporativa o directa de fluidos corporales.
Estos injertos están destinados a permanecer injertados al paciente durante no más de 30 días.
Dosis y sitio de aplicación:
La cantidad de injerto cutáneo necesario se basa en el tamaño de la lesión o superficie a tratar. Se recomienda que para el calculo para la superficie a cubrir se tome en cuenta el radio del mallado.
Es importante la preparación del lecho que recibirá el injerto cutáneo, el cual debe de estar libre de procesos infecciosos, tejido necrótico o desvitalizado o alguna otra sustancia que no favorezca la actividad del injerto. Los injertos de tejido cutáneo deben de estar firmemente fijados al sitio de la lesión para evitar desplazamientos.